Cargados con bolsas, carritos y alguna que otra mascota, los ucranianos comenzaron a regresar este jueves a la capital, Kiev, muchos con lágrimas en los ojos, nerviosos por volver a casa después de que las tropas rusas se retiraran de las afueras de la ciudad.
Con la adhesión de Argentina, la ONU suspendió a Rusia del Consejo de DDHHUna semana después de que las tropas desplegadas por orden de Vladimir Putin abandonaran las aldeas al norte de Kiev, dejando edificios arrasados y cadáveres en algunas de las calles, las autoridades advirtieron a la ciudadanía que no regrese a la capital todavía, por temor a una nueva ofensiva.
Argentina votará la suspensión de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONUSin embargo, para varios de los que retornaron este jueves a la concurrida estación principal de trenes en el centro de Kiev, el deseo de ver a sus padres ancianos o de continuar con sus trabajos superó cualquier preocupación de seguridad persistente.
Conflicto Rusia-Ucrania: Estados Unidos anunció sanciones contra las hijas de PutinAlgunos trabajadores regresaron sin sus familias, dejando a sus esposas e hijos en la relativa seguridad del oeste de Ucrania; otros, corrían rápidamente para recoger más pertenencias y vehículos, antes de partir nuevamente. Algunos dijeron que habían regresado para quedarse, al menos por ahora.
El sorprendente antes y después Volodimir Zelensky por la guerra con Rusia"Quiero ver a mis padres, son ancianos", comentó, sollozando, Olena Oleshyntseva, quien llegó a la estación de trenes de Kiev después de permanecer en la vecina Moldavia por seguridad.
Para Ksiusha Lysyk, de 24 años, que trabaja como manicurista, también se mostró emocionada: ella solo quería ver a sus padres. "Echaba de menos Kiev, echaba de menos mi casa", reveló.
En un día soleado, hubo más señales de que algo más parecido a la vida normal regresaba a Kiev. Los runners salían a hacer ejercicio por la mañana; las mujeres caminaban junto a sus perros; y las campanas de la iglesia convocaban a los creyentes a un servicio matutino. Algunos jugaban al ajedrez en el parque mientras sonaba una sirena antiaérea.
A seis semanas desde que Rusia invadió Ucrania, llegando a 20 kilómetros de Kiev, muchas de las tiendas a lo largo de la principal vía de la capital, Khreshchatyk, permanecieron cerradas.
Los puestos de control y los bloqueos de carreteras del ejército aún marcan las calles de la ciudad, recordando a los residentes que el regreso a la vida normal aún puede estar lejos.
Alrededor de la mitad de la población de Kiev, una ciudad de unos 3 millones, ha huido por la guerra, dijo el alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko, a principios de este mes, advirtiendo a la gente que le dé un poco de tiempo antes de regresar.
Pero incluso más allá de Kiev, en las ciudades y pueblos de los alrededores, el deseo de volver a casa es fuerte. (Reuters)